HABILIDADES PARENTALES
¿Qué son las habilidades parentales?
Si estás a cargo de niño/as pequeño/as, es probable que alguna vez sientas que pudiste actuar de otra forma o que no sabes qué hacer en ciertas situaciones. Calma…, esto es esperable y es probable que pase de nuevo, pero es importante confiar en nosotros como cuidadores y aspirar a mejorar.
Cuidar a niños, niñas y adolescentes es una labor difícil y puede ser agotadora, incluso causándonos estrés. Para entender esto de mejor manera, aquí hablaremos de las habilidades parentales, que son las herramientas que un adulto utiliza para responder a las necesidades de los niños/as, generar vínculos, ayudar a reflexionar y a desarrollarse. Estas se pueden resumir en cuatro tipos: las Vinculares, las Formativas, las Protectoras y las Reflexivas.
Las habilidades vinculares son aquellas habilidades relacionadas con generar confianza y vínculos, así como el desarrollo social y emocional del niño o adolescente.
Las habilidades formativas son las herramientas utilizadas para apoyar el aprendizaje, desarrollo y socialización de los niños.
Las habilidades protectoras son las capacidades para cuidar y proteger a los niños (a nuestro cargo) de manera adecuada, así como satisfacer sus necesidades básicas y su integridad física y emocional.
Por último, las habilidades reflexivas son aquellas dedicadas a pensar en cómo nuestras emociones y conductas afectan al cuidado del menor de edad, también de reflexionar si lo que
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Algunas Habilidades Parentales
De las cuatro categorías, podemos mencionar algunas habilidades específicas que nos pueden ayudar.
Recordemos que es importante cuidarnos a nosotros mismos, porque permite estar bien uno mismo y para los niños, niñas y adolescentes bajo nuestro cuidado. Mientras mejor estemos, mejor podremos cuidarlos.
Como primer paso está el generar una base segura. ¿Cómo? Dando seguridad de que si se equivocan o sucede algo, estamos aquí para protegerles y quererles. Te invitamos a observar, pero solo intervenir si te lo piden o si es necesario.
En segundo lugar, es importante observar las necesidades de los niños, interpretarlas adecuadamente para poder actuar de forma óptima y en el momento oportuno. Observa las señales del niño/a para saber qué es lo que necesita y ayúdale a expresarlo. Si un niño llora ¿por qué lo hace? ¿Qué intenta comunicar?
También es importante darnos cuenta de que nuestras reacciones influyen en los niños. Si yo me enojo y ”exploto”, ¿cómo les afecta? Pueden aprender a “explotar” también. Entonces intenta darte cuenta de que estás enojado y exprésalo de forma adecuada.
Por último, es muy importante tener empatía con los niños, pensar qué es lo mejor para ellos y ponernos en su lugar “¿Qué necesidad hay detrás de su conducta?”.